COLITIS ULCEROSA

La colitis ulcerosa es un tipo de enfermedad inflamatoria intestinal (EII). A diferencia del síndrome del intestino irritable, aquí sí que se puede observar a través de pruebas de diagnóstico una inflamación crónica de los tejidos del tracto digestivo. Consiste en la inflamación crónica del colon y el recto, caracterizada más por la inflamación y ulceración de la mucosa intestinal, y evoluciona de modo recurrente con brotes. Este cuadro clínico tiene una incidencia de 9 a 20 casos por cada 100 000 personas al año.  

Los síntomas  

dependen de la gravedad de la inflamación y su localización: 

  • Expulsión de sangre con heces 
  • Dolor abdominal 
  • Fiebre  
  • Pérdida de peso 
  • Diarrea  
  • Fatiga 
  • Inflamación rectal  
  • Náuseas y vómitos  

Es importante destacar que los síntomas pueden variar y que no todas las personas con colitis ulcerosa experimentarán todos estos síntomas.  

Las causas  

No se conocen exactas de esa enfermedad, pero está cada vez más aceptado que la predisposición genética y el sistema inmunitario están involucrados. 

Las complicaciones 

  • Megacolon tóxico: dilatación peligrosa del colon 
  • Perforación del colon: Ruptura de la pared del colon 
  • Infecciones: Debido a la supresión del sistema inmunológico 
  • Problemas de coagulación: Mayor riesgo de trombosis 
  • Problemas hepáticos: Inflamación del hígado 
  • Osteoporosis: Pérdida de densidad ósea debido a la inflamación crónica 
  • Cáncer de colon: Mayor riesgo, (casos de larga duración) 

Es crucial que las personas con colitis ulcerosa sean monitoreadas regularmente por profesionales de la salud para prevenir. 

Las prevenciones 

La colitis ulcerosa no se puede prevenir de manera definitiva, ya que la causa exacta no se comprende completamente. Sin embargo, hay algunas estrategias que podrían ayudar a reducir el riesgo o a manejar los síntomas: 

  • Dieta saludable 
  • Ejercicio regular  
  • Control del estrés  
  • No fumar  

Los tratamientos 

  • Medicamentos antiinflamatorios 
  • Corticosteroides 
  • Inmunomoduladores 
  • Terapias biológicas  
  • Terapia con antiintegrinas 
  • Cirugía 

El tratamiento específico dependerá de la gravedad de la enfermedad y de cómo responda cada persona. 

Personas con riesgos 

Los factores que influyen son la genética; por la edad (es usual en personas jóvenes, de 15 a 30 años, pero puede ocurrir a cualquiera); origen étnico y factores ambientales (infecciones intestinales). Además, algunas personas pueden desarrollar la enfermedad sin tener ninguno de estos factores de riesgo.

Virginia Pradillo Muñoz

Apendicitis

La apendicitis es una inflamación del apéndice, una bolsa en forma de dedo que se proyecta desde el colon en el lado inferior derecho del abdomen.

La apendicitis provoca dolor en el abdomen bajo derecho. Sin embargo, a la mayoría de personas, el dolor comienza alrededor del ombligo y luego se desplaza. Cuando la inflamación empeora, el dolor se incrementa y finalmente se hace intenso.

Es frecuente que ocurra en personas entre diez y treinta años de edad. El mejor tratamiento es la extracción del apéndice. También si una tomografía computarizada muestra que la persona tiene un absceso, lo pueden tratar primero con antibióticos.

Los síntomas son:

  • Dolor que comienza en el lado derecho de la parte interior del abdomen.
  • Dolor alrededor del ombligo.
  • Dolor que empeora cuando toses, caminas o se realiza movimientos bruscos.
  • Náuseas y vómitos.
  • Pérdida de apetito.
  • Fiebre ligera que empeora cuando la enfermedad avanza.
  • Estreñimiento o diarrea.
  • Hinchazón abdominal
  • Flatulencia.

La causa es una obstrucción en el recubrimiento del apéndice que como resultado da una infección. Las bacterias se multiplican y hacen que el apéndice se inflame, hinche y se llene de pus. Otras causas pueden ser: el apéndice bloqueado por heces o un tumor.

Complicaciones:

  • La perforación del apéndice.
  • Una acumulación de pus que se forma en el abdomen.

Si se empieza a sentir alguno de los síntomas, se debe ir rápido al medico o contactar con uno.

Una apendicitis aguda se puede confundir con la torsión del ovario o la trompa de Falopio en la mujer, la torsión del epiplón, la gastroenteritis aguda, la obstrucción o invaginación intestinal, un cólico renal o una pielonefritis aguda.

Marta López Bellón

HERNIA DE HIATO

¿Qué es una hernia de hiato?

Es una afección en la cual la parte superior del estómago se abulta a través de una abertura en el diafragma. El diafragma un músculo delgado que separa el estómago del tórax y ayuda a impedir que el ácido pase hacia el esófago.

Causas:

  • Cambios en el diafragma por la edad.
  • Lesiones en esta parte del cuerpo, por ejemplo, después de un traumatismo o ciertas clases de cirugía.
  • Nacer con un hiato inusualmente grande.
  • Presión persistente e intensa en los músculos circundantes, como al toser, vomitar, presión durante la evacuación intestinal, hacer ejercicio o al levantar objetos pesados.

Síntomas:

  • Flatulencia.
  • Dolor abdominal o dolor en el pecho.
  • Sensación de saciedad después de las comidas.
  • Mal aliento o tos seca.
  • Problemas para tragar.
  • Vómitos con sangre o heces negras que pueden indicar un sangrado gastrointestinal.
  • Ardor de estómago.

Personas de riesgo:

  • Mayores de 50 años.
  • Personas con obesidad.
  • Personas fumadoras.

Maneras de prevenir:

  • Evitar las comidas abundantes y pesadas.
  • Evitar las grasas.
  • Evitar el consumo de alcohol.
  • Bajar de peso.
  • Dejar de fumar.
  • Caminar después de comer.
  • No agacharse o acostarse inmediatamente después de la comida.

Tratamiento:

En la mayoría de los casos, la hernia de hiato puede solucionarse, en fases iniciales, con cambios en los hábitos de vida, medicación y alimentación. Hay casos, sin embargo, que aconsejan su intervención por vía laparoscópica.

Rocío Fernández Vallejo