ENFERMEDAD CELIACA (CELIAQUÍA)


Es una intolerancia al gluten y otras proteínas del trigo, la cebada y el centeno, de carácter hereditario y autoinmune, que se caracteriza por una reacción inflamatoria que altera la mucosa del intestino delgado, dificultando la absorción de macro y micronutrientes.

Los síntomas que puede presentar son:

  • distensión abdominal.
  • diarrea crónica.
  • estreñimiento.
  • gases.
  • intolerancia a la lactosa debido a daños en el intestino delgado.
  • heces blandas, grasas, voluminosas y con mal olor.
  • náuseas o vómito.
  • dolor abdominal.
  • dermatitis herpetiforme.
  • fatiga de cansancio.
  • dolor en las articulaciones o los huesos.
  • problemas de salud mental, como depresión o ansiedad.
  • síntomas que se manifiestan en el sistema nervioso, como dolores de cabeza, problemas de equilibrio, convulsiones, o neuropatía periférica.
  • síntomas que involucran la boca, como aftas, boca seca, o una lengua roja, lisa y brillante.

Para los niños con enfermedad celíaca, no poder absorber los nutrientes en un momento en el que son tan importantes para el crecimiento y el desarrollo normal puede causar:

  • daño al esmalte de los dientes permanentes.
  • retraso de la pubertad.
  • retraso en el desarrollo, lo que significa que un bebé o un niño pesa menos o su peso aumenta menos de lo esperado para su edad.
  • cambios en el estado de ánimo o sensación de molestia o impaciencia.
  • lento crecimiento y baja estatura.
  • adelgazamiento.

Causas:

Los genes combinados con el consumo de alimentos con gluten y otros factores pueden contribuir a la enfermedad celíaca, pero se desconoce la causa precisa. Las prácticas de alimentación infantil, las infecciones gastrointestinales y las bacterias intestinales también pueden contribuir a la enfermedad. Algunas veces, la enfermedad celíaca se vuelve activa después de una cirugía, embarazo, parto, infección viral o estrés emocional severo.

Cuando el sistema inmunitario del cuerpo reacciona de manera exagerada al gluten en los alimentos, la reacción daña las diminutas proyecciones de apariencia pilosa (vellosidades) que recubren el intestino delgado. Las vellosidades absorben vitaminas, minerales y otros nutrientes de los alimentos que consumes. Si las vellosidades están dañadas, no puedes obtener suficientes nutrientes, provocando graves problemas.

Tratamiento:

Los médicos tratan la enfermedad celíaca ayudando a las personas a seguir una dieta sin gluten. En las personas que padecen la enfermedad celíaca, el consumo de gluten desencadena una reacción anormal del sistema inmunitario que daña el intestino delgado.

Los síntomas mejoran enormemente en la mayoría de las personas con enfermedad celíaca que siguen una dieta sin gluten. En la mayoría de las personas, seguir una dieta sin gluten curará el daño en el intestino delgado y evitará más daño. Muchas personas ven que los síntomas mejoran unos días o semanas después de comenzar la dieta.

Complicaciones:

  • Desnutrición.  La malnutrición puede provocar anemia y pérdida de peso.
  • Debilitamiento de los huesos. La absorción insuficiente del calcio y la vitamina D puede llevar a un reblandecimiento del hueso (osteomalacia o raquitismo) y a una pérdida de densidad ósea (osteopenia u osteoporosis).
  • Infertilidad y aborto espontáneo. La absorción insuficiente del calcio y la vitamina D puede contribuir con los problemas reproductivos.
  • Intolerancia a la lactosa. El daño en el intestino delgado podría causarte dolor abdominal y diarrea después de comer o beber productos lácteos que contengan lactosa.
  • Cáncer.

Personas de riesgo:

La celiaquía tiende a ser más común en personas que tienen:

  • Un familiar con celiaquía o dermatitis herpetiforme
  • Diabetes tipo 1
  • Síndrome de Down o síndrome de Turner
  • Enfermedad autoinmunitaria de la tiroides
  • Colitis microscópica (colitis linfocítica o colagenosa)
  • Enfermedad de Addison

Noelia Ballesteros Muñoz

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